sábado, 1 de noviembre de 2008

Mi gran ímpetu


En el pequeño recinto situado en la esquina de mi calle, no obtuve lo que iba buscando: Anduve perdido varias horas, buscando y buscando sin respuesta. 
-¿Por qué a mi?- pensaba mientras caminaba bajo la fría lluvia. 

Una vez hube recorrido todos los lugares conocidos en los que pdía conseguir y saciarme de aquello que necesitaba y me corría y al tampoco hayar mi satisfacción, no tuve mas remedio que tornar a casa.
El agua de la lluvia golpeaba suavemente sobre mi mejila, mas no me importaba, nada apenas, tan solo mi desgracia, mi incertidumbre y mi soledad.
Al llegar a casa decidí que si no podia consiguirlo comprándolo, yo mismo lo fabricaría, necesitaba mi caramelito de menta.
Al entrar en mi centro de estudios, conocido por el resto de mortales como mi sucia habitación (pobres incautos), comencé con los planos de elaboración, quedé anonadado al descubir que realmente no tenia idea alguna sobre los componentes del caramelito de menta. Mi dolor fue tal que golpeé furiosamente la pared y un gran estruendo retumbo en todo el lugar, seguidamente el silencio que quedó tras el estruendo se rompió con un fuerte grito del ser al que llamamos madre. Un bofetón impactó en mi cara, y un berrido emergió de mi boca.
Madre divisó que mi mano estaba inchada y amoratada, marchamos inmediatamente al hospital en el que tras vendarme la mano, por mi buen comportamiento me ofrendaron con un caramelito de menta. (El plan fue un éxito).